Hola tod@s, os envío el mensaje que nos ha enviado Juán Pagán para que asistamos los máximos posibles a este acto que se va a celebrar el miércoles 21 de Noviembre para seguir apoyando el mantenimiento de las escuelas municipales.Como siempre, es muy importante vuestra asistencia ya que los principales partidos políticos se siguen interesando por la situación y podemos seguir presionando para que el curso que viene nos encontremos en mejores condiciones; además habrá rueda de prensa y hay que aprovechar.Espero que acuda más gente que en la última que se hizo,a la que desgraciadamente no acudió NADIE de la zona de SOTO MESA, salvo algún padre y un servidorlo que resultó bastante embarazoso.Creo que esto nos sigue incumbiendo a todos porque de todo lo que hagamos ahora dependerá nuestro futuro en las escuelas,que por cierto, está bastante cercano y es bastante incierto...con lo cual esperamos vuestra participación, aunque las aguas estén más calmadas ahora.Para finalizar,informaros de que,como ya algunos sabréis,Consuelo y Jesús, presidenta y secretario del comité respectivamente, han dejado las escuelas, por lo que ya dejan de formar parte del mismo; en estos momentos continuamos Milton Saavedra y yo, (Javier Nieto) a espera de correr la lista de delgados, en la que sólo quedan dos, Rocío Rodríguez y Miriam Sánchez,quienes tendrán que confirmarnos su continuidad en él y elegir de nuevo los cargos.Seguiremos informando.Os esperamos a tod@s.Un abrazo.El comité.Querid@s compañer@s:
Os informo de que el Acto del Partido Socialista de Madrid dedicado a las Escuelas Municipales de Música y Danza se celebrará el miércoles 21 de noviembre, a las 10:30 h., en la Escuela Municipal de Música y Danza "Plácido Domingo", situada en la Calle Téllez, 31, en el Barrio de Pacífico, Distrito de Retiro (Metro Pacífico y Bus 24, 37, 54, 57, 141)
El Acto comenzará con el encuentro de Tomás Gómez, Secretario General del Partido Socialista de Madrid, con los miembros de los Comités de Empresa, profesores, personal no docente, alumnos, padres y organizaciones sindicales de CC OO y FETE-UGT, para que le comentemos la situación de las Escuelas e informarle del Manifiesto de la Plataforma, de exponerle lo que queremos para las Escuelas, etc.
Posteriormente se celebrará un pequeño concierto de piano y flauta.
A continuación se celebrará la Rueda de Prensa. En la Mesa estarán Tomás Gómez, Secretario General del PSM, Pablo Nieto, Secretario de Cultura del PSM, un representante del Comité de Empresa de Música Creativa y un representante del Comité de Empresa de SOTO MESA. En la Rueda de Prensa Tomás Gómez presentará el documento del PSM para las Escuelas Municipales de Música y Danza y los representantes de los comités podrán exponer la situación actual que atraviesan las EMMyD y leer el Manifiesto y se contestarán las preguntas de los periodistas, con lo que finalizará el Acto.
A los medios de comunicación se les hará entrega del documento del PSM sobre Escuelas, así como del Manifiesto de la Plataforma de Profesores de las Escuelas.
Están invitados a asistir a este Acto los miembros de los comités, así como todo el profesorado, alumnos y padres que lo deseen.
Es importante una asistencia masiva para que los medios recojan la fuerza de nuestro colectivo.
Os ruego que difundáis entre todo el profesorado, alumnos y padres este acto y les hagáis extensiva la invitación.
Un fuerte abrazo,--Juan Pagán
Responsable Enseñanzas Artísticas
FREM-CC OO
miércoles, 21 de noviembre de 2012
viernes, 2 de noviembre de 2012
AIREFLAMENCO.COM: Guillermo McGill explica por qué suspende concierto en Festival de Jazz de Madrid
Guillermo McGill, uno de los principales artistas del jazz y el
flamenco en España, ha decidido suspender su concierto en el XXIX
Festival Internacional de Jazz de Madrid, por desacuerdo al respecto de
la profesionalidad de la organización. El baterista, compositor, y
productor, hace pública la carta que el domingo 21 de octubre envió a la
dirección del festival para comunicar la retirada de su concierto, con
la intención de que "artistas y público sean conscientes de como está funcionando la cultura en este país".
Querido Festival de Jazz de Madrid,
Hoy domingo 21 de octubre estoy reunido con mi “cabezapensante”,
responsable de la promoción del concierto previsto para el día 27 de
noviembre en el marco del Festival de Jazz de Madrid, ciudad europea,
para comenzar a trabajar en mi propia promo complementaria a la que
realice el festival. Lo primero que hemos hecho, lógicamente, es
indagar en las páginas de internet, dirigiéndonos a los que en teoría
son los espacios oficiales del festival. La web oficial del festival
anuncia la programación del 2011. La página oficial en Facebook del
festival es un espacio con solamente 199 seguidores, que no informa nada
sobre la programación de la edición 2012. Por parte del público, la
programación solo puede ser consultada teniendo mucho interés en ello, y
a trozos. Es decir, entrando en la web de Circo Price para saber qué
hay en el Circo Price, entrando en la web del Teatro Fernán Gómez para
conocer qué sucederá allí. Respecto a la web de Conde Duque lo máximo
que ofrece al respecto es un PDF de programación trimestral, en el que
se informa sobre la existencia de un “Festival de Jazz”, pero sin
indicar qué artistas en qué días, asunto al cual otorga la misma
importancia que las clases de yoga en el mismo espacio. Y, lo más
curioso, en www.esmadrid.com , la web de nuestro Ayuntamiento, nada de
nada.
Se supone que si a un artista le interesa actuar en un Festival de
Jazz de Madrid, es porque, incluso actuando a taquilla, incluso pagando
gastos del concierto, se forma parte de una programación importante. Una
programación importante que en teoría estaría acompañada de cierta
profesionalidad. Asuntos tan básicos como la existencia de un libro de
programación, una web oficial del festival, una página oficial en
Facebook del festival que funcione de verdad, etc., en esta edición NO
se cumplen a escasos días de su inicio.
Aunque todo eso estuviera previsto, e incluso pudiera llegar a existir en próximos días, estamos a menos de dos semanas para el inicio del festival y a un mes para mi concierto. En un otoño de 2012, el mundo real indica que en Madrid, para tener cierta esperanza en llenar un aforo de 253 espectadores, la promo del concierto debe comenzar con al menos dos meses de antelación. Falta 1 mes, y nos encontramos con que, de cara al público, mi concierto NO es que no tenga todavía las entradas a la venta. Es que, directamente, de forma pública, NO existe aún ninguna referencia en medios oficiales o en prensa.
Por esta razón, definitivamente voy a suspender mi concierto. La única razón que podría llevarme a hacer un concierto a taquilla y con gastos en un festival de ciertas características, es porque se supone que el festival reúne características propias de un gran festival. Entradas a la venta con suficiente antelación, una promoción coherente de cierta repercusión desde muchas semanas antes. Ahora me encuentro con que si quiero empezar este lunes 22 mi promo por mi propia cuenta, aparte de la que haga el festival (que de momento es inexistente) a falta de 2 semanas para comenzar, tampoco tengo nada que promocionar, debido a que la venta de entradas de mi espectáculo tampoco existe.
Aunque todo eso estuviera previsto, e incluso pudiera llegar a existir en próximos días, estamos a menos de dos semanas para el inicio del festival y a un mes para mi concierto. En un otoño de 2012, el mundo real indica que en Madrid, para tener cierta esperanza en llenar un aforo de 253 espectadores, la promo del concierto debe comenzar con al menos dos meses de antelación. Falta 1 mes, y nos encontramos con que, de cara al público, mi concierto NO es que no tenga todavía las entradas a la venta. Es que, directamente, de forma pública, NO existe aún ninguna referencia en medios oficiales o en prensa.
Por esta razón, definitivamente voy a suspender mi concierto. La única razón que podría llevarme a hacer un concierto a taquilla y con gastos en un festival de ciertas características, es porque se supone que el festival reúne características propias de un gran festival. Entradas a la venta con suficiente antelación, una promoción coherente de cierta repercusión desde muchas semanas antes. Ahora me encuentro con que si quiero empezar este lunes 22 mi promo por mi propia cuenta, aparte de la que haga el festival (que de momento es inexistente) a falta de 2 semanas para comenzar, tampoco tengo nada que promocionar, debido a que la venta de entradas de mi espectáculo tampoco existe.
Aunque esta semana, faltando escasos días para el comienzo del
festival, y apenas un mes para mi concierto, comenzara por fin la promo
del propio festival, se publicara un programa común para todos los
recintos, existiera web oficial, una estrategia Social Media
medianamente decente, salieran a la venta las entradas de Conde Duque,
etc…, no da tiempo a aspirar a conseguir vender las 253 entradas.
Podríamos aspirar a vender 130 o 140 entradas, que si están a 12 euros,
podría significar una taquilla de apenas unos 1500 euros, de los cuales
hay que descontar 54€ de backline, 200€ de producción para el festival,
unos 150€ para Sgae, unos 500€ para tres viajes ida y vuelta en AVE,
300 euros en habitaciones de hotel, comidas, taxis… El superávit final,
con una entrada normal, sin ser un desastre en ventas, vendiendo algo
más de medio aforo, sería de 500 euros a repartir entre 5, y a mi me da
vergüenza ofrecer este dinero a personas del talento de las que trabajan
conmigo, y no soy una ONG para pagar de mi bolsillo y salvar los
muebles del Ayuntamiento de Madrid, que sí obtendrá rédito por la
“heroica realización del Festival de Jazz en tiempos de crisis”. ¿Tiene
sentido? No. Ahora mismo, esto no tiene ni pies ni cabeza. Uno puede
aceptar ciertas condiciones para hacer un concierto, pero no para
justificar la supuesta labor de ciertos concejales a costa de mi dinero,
mi dignidad, y mi trabajo. Puedo comprender que estemos en tiempo de
crisis económica, pero hay asuntos como poner las entradas a la venta a
tiempo que tienen el mismo coste para el festival si se hace el día
antes o cuatro meses antes. Actualizar la web oficial del festival no
requiere una inversión millonaria para que exista al menos un método
oficial para que el público conozca la programación al completo. ¿Vamos a
taquilla, pagando gastos, y confiando en que la gente adivine por
inspiración divina que conciertos hay, cuanto cuestan, dónde son y dónde
comprar las entradas? Si el asunto es así, me resultaría más rentable
hacer el mismo concierto por mi cuenta, decidiendo con cuánta antelación
salen a la venta las entradas. Y si la promo de mi concierto va a
depender solamente de la que yo mismo organice, poder planearla en los
espacios de tiempo coherentes según indica el mundo real.
La inteligencia de las personas que viven en esta ciudad está siendo
secuestrada por una banda de ignorantes que pretenden enseñarnos “lo
verdaderamente importante” en la vida, es decir, llevárselo crudo y
rápido, y lo demás son tonterías que no merecen respeto alguno. Tenemos
que enseñarles que no necesitamos toda la basura que nos venden y que
nuestra vida tiene sentido en la medida en que compartimos cultura,
además de sobrevivir de forma equilibrada. Los creadores y los
consumidores de cultura formamos un ecosistema dentro del cual nos
necesitamos, nos comunicamos y nos alimentamos, y eso es precisamente lo
que nos distingue de los animales.
Invito, por último, a las personas cultas de los medios de
comunicación a que se rebelen y rompan los barrotes en los que también a
ellos mantienen secuestrados, y hablen y escriban libremente, tal como
hacían hace 30 años. ¿Es que no lo recordáis?
Estoy seguro de que si no arreglamos las cosas
nosotros AHORA, dentro de 4 o 5 años lo lamentaremos mucho. Ya está bien
de decirnos que no somos necesarios y, a los ciudadanos, decirles qué
es necesario y qué no, desde la ignorancia más descarada.
Firmado: Guillermo McGill
ARTURO PEREZ REVERTE: Un joven con violín
Articulo extraido de: http://www.finanzas.com/xl-semanal/firmas/arturo-perez-reverte/20121104/joven-violin-3973.html
Paseo por una calle del Madrid viejo, y al doblar una
esquina encuentro a un joven que toca el violín. Lo hace muy bien,
interpretando una melodía que desconozco -excepto en un par de
registros, mis conocimientos musicales son limitados- pero que me
conmueve hasta el punto de hacer que me detenga un poco más allá,
escuchando. Y no sólo me conmueve la música. La soledad del joven en
esta calle poco transitada, su expresión mientras desliza el arco sobre
las cuerdas, la funda del violín que, a sus pies, muestra unas pocas
monedas, también me producen una sensación triste. Melancólica.
Desde
unos pasos de distancia, lo observo con atención. Sorprende, sobre
todo, que parezca español, pues la mayor parte de los músicos callejeros
que veo en el centro de Madrid -mariachis, acordeonistas, incluso la
orquesta de jazz que suele tocar cerca del hotel Palace- son
extranjeros, y en su mayor parte proceden de países del este de Europa.
Pero éste parece de aquí, y lo confirmo cuando vuelvo sobre mis pasos,
me inclino y pongo sobre la funda del violín un billete de cinco euros.
«Gracias», le digo. Y él, sin dejar de tocar, sonríe y responde en
perfecto español nativo: «No, por favor. Gracias a usted».
Me
alejo calle arriba, dejando atrás la música hasta que se apaga a mi
espalda. Pensando, sombrío, en ese joven violinista. El encuentro tenía
que haberme alegrado la mañana, me digo. Esa música tan bella. Pero lo
cierto es que me ha entristecido. Mucho. Me hace sentir como en otro
tiempo, con aquella gente con la que me cruzaba en lugares inciertos:
caminando hacia ninguna parte con sus críos y lo poco que habían podido
salvar de sus casas destruidas, mientras me preguntaba qué azarosos
caminos los habían llevado hasta allí. La felicidad que tal vez dejaban
atrás, la pesadumbre de su presente. Y aquellas miradas turbias de
fatiga y desesperación. De miedo al futuro. El joven del violín tenía la
misma mirada. O quizá, concluyo, soy yo quien la tiene impresa,
indeleble, de otros tiempos y lugares que en el fondo siempre y de
alguna forma son los mismos, y me limito a aplicársela a ese joven. A
enfocarlo con ella, incómodo botín de vida, a él y a su conmovedor
violín. A transferirle mis propios fantasmas.
Recuerdo algo que
leí hace poco. Una carta que alguien me hizo llegar: un padre de una
muchacha que estudia música. Vulgar historia, como tantas otras diversas
y tan parecidas entre sí, de jóvenes nacidos en el tiempo equivocado;
en el país inadecuado, lleno de trabas burocráticas, de zancadillas
oficiales, de vilezas corporativas, de desidia y de contumaz ignorancia.
La historia de siempre: ciencia, cultura. Música. Desdén y olvido.
Aquel padre se lamentaba de la situación de la música en España:
desinterés oficial, aberraciones académicas, sálvese quien pueda,
chiringuitos provinciales minoritarios, taifas de músicos locales que se
buscan la vida repartiéndose entre ellos, casi en privado, lo poco que
cae. Y esa chica o muchacho brillantes, con ganas y talento -el que
acabo de encontrar tocando el violín podría ser uno de ellos-, que tal
vez destacó en los estudios, que ha dado humildes conciertos o estrenado
pequeños logros en una ciudad, la suya, donde los críticos locales y
quienes tienen en sus manos los resortes del asunto ni se molestaron en
asistir; y que, luchando por abrirse paso, se presenta a certámenes,
gana pequeños premios que no sirven para comer ni para seguir adelante,
se esfuerza por conseguir esa beca que, cuando existe, nunca le dan, y
acaba quedándose en su casa, tocando para su familia y sus amigos
mientras termina los estudios en el conservatorio; consciente de que si
su instrumento es orquestal, flauta o violín por ejemplo, tal vez
consiga formar parte de algún grupo de jóvenes o no tan jóvenes que
toquen por amor al arte, o casi. Sabiendo que su máximo triunfo, si lo
acompaña la suerte, será llegar a profesional de la música como profesor
de grado elemental o de piano, en el mejor de los casos, en un
conservatorio donde podrá formar a chicos con talento y ganas que
acabarán tan frustrados y amargos como él. En cuanto a lo otro, la
posibilidad de llegar a donde debería y a donde puede, a concertista,
compositor o director de orquesta, sólo le quedará un camino: coger su
instrumento, hacer la maleta y largarse -si es que aún está a tiempo y
puede- de esta tierra suicidamente inculta, enferma de sí misma y sin
futuro. Intentarlo fuera, lejos, como tantos otros, si no quiere
convertirse en el joven que toca el violín en una calle solitaria de
Madrid, transmitiendo, a quienes escuchen con un mínimo de lucidez su
bellísima melodía, menos placer que tristeza.
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