Guillermo McGill, uno de los principales artistas del jazz y el
flamenco en España, ha decidido suspender su concierto en el XXIX
Festival Internacional de Jazz de Madrid, por desacuerdo al respecto de
la profesionalidad de la organización. El baterista, compositor, y
productor, hace pública la carta que el domingo 21 de octubre envió a la
dirección del festival para comunicar la retirada de su concierto, con
la intención de que "artistas y público sean conscientes de como está funcionando la cultura en este país".
Querido Festival de Jazz de Madrid,
Hoy domingo 21 de octubre estoy reunido con mi “cabezapensante”,
responsable de la promoción del concierto previsto para el día 27 de
noviembre en el marco del Festival de Jazz de Madrid, ciudad europea,
para comenzar a trabajar en mi propia promo complementaria a la que
realice el festival. Lo primero que hemos hecho, lógicamente, es
indagar en las páginas de internet, dirigiéndonos a los que en teoría
son los espacios oficiales del festival. La web oficial del festival
anuncia la programación del 2011. La página oficial en Facebook del
festival es un espacio con solamente 199 seguidores, que no informa nada
sobre la programación de la edición 2012. Por parte del público, la
programación solo puede ser consultada teniendo mucho interés en ello, y
a trozos. Es decir, entrando en la web de Circo Price para saber qué
hay en el Circo Price, entrando en la web del Teatro Fernán Gómez para
conocer qué sucederá allí. Respecto a la web de Conde Duque lo máximo
que ofrece al respecto es un PDF de programación trimestral, en el que
se informa sobre la existencia de un “Festival de Jazz”, pero sin
indicar qué artistas en qué días, asunto al cual otorga la misma
importancia que las clases de yoga en el mismo espacio. Y, lo más
curioso, en www.esmadrid.com , la web de nuestro Ayuntamiento, nada de
nada.
Se supone que si a un artista le interesa actuar en un Festival de
Jazz de Madrid, es porque, incluso actuando a taquilla, incluso pagando
gastos del concierto, se forma parte de una programación importante. Una
programación importante que en teoría estaría acompañada de cierta
profesionalidad. Asuntos tan básicos como la existencia de un libro de
programación, una web oficial del festival, una página oficial en
Facebook del festival que funcione de verdad, etc., en esta edición NO
se cumplen a escasos días de su inicio.
Aunque todo eso estuviera
previsto, e incluso pudiera llegar a existir en próximos días, estamos a
menos de dos semanas para el inicio del festival y a un mes para mi
concierto. En un otoño de 2012, el mundo real indica que en Madrid, para
tener cierta esperanza en llenar un aforo de 253 espectadores, la promo
del concierto debe comenzar con al menos dos meses de antelación. Falta
1 mes, y nos encontramos con que, de cara al público, mi concierto NO
es que no tenga todavía las entradas a la venta. Es que, directamente,
de forma pública, NO existe aún ninguna referencia en medios oficiales o
en prensa.
Por esta razón, definitivamente voy a suspender mi
concierto. La única razón que podría llevarme a hacer un concierto a
taquilla y con gastos en un festival de ciertas características, es
porque se supone que el festival reúne características propias de un
gran festival. Entradas a la venta con suficiente antelación, una
promoción coherente de cierta repercusión desde muchas semanas antes.
Ahora me encuentro con que si quiero empezar este lunes 22 mi promo por
mi propia cuenta, aparte de la que haga el festival (que de momento es
inexistente) a falta de 2 semanas para comenzar, tampoco tengo nada que
promocionar, debido a que la venta de entradas de mi espectáculo
tampoco existe.
Aunque esta semana, faltando escasos días para el comienzo del
festival, y apenas un mes para mi concierto, comenzara por fin la promo
del propio festival, se publicara un programa común para todos los
recintos, existiera web oficial, una estrategia Social Media
medianamente decente, salieran a la venta las entradas de Conde Duque,
etc…, no da tiempo a aspirar a conseguir vender las 253 entradas.
Podríamos aspirar a vender 130 o 140 entradas, que si están a 12 euros,
podría significar una taquilla de apenas unos 1500 euros, de los cuales
hay que descontar 54€ de backline, 200€ de producción para el festival,
unos 150€ para Sgae, unos 500€ para tres viajes ida y vuelta en AVE,
300 euros en habitaciones de hotel, comidas, taxis… El superávit final,
con una entrada normal, sin ser un desastre en ventas, vendiendo algo
más de medio aforo, sería de 500 euros a repartir entre 5, y a mi me da
vergüenza ofrecer este dinero a personas del talento de las que trabajan
conmigo, y no soy una ONG para pagar de mi bolsillo y salvar los
muebles del Ayuntamiento de Madrid, que sí obtendrá rédito por la
“heroica realización del Festival de Jazz en tiempos de crisis”. ¿Tiene
sentido? No. Ahora mismo, esto no tiene ni pies ni cabeza. Uno puede
aceptar ciertas condiciones para hacer un concierto, pero no para
justificar la supuesta labor de ciertos concejales a costa de mi dinero,
mi dignidad, y mi trabajo. Puedo comprender que estemos en tiempo de
crisis económica, pero hay asuntos como poner las entradas a la venta a
tiempo que tienen el mismo coste para el festival si se hace el día
antes o cuatro meses antes. Actualizar la web oficial del festival no
requiere una inversión millonaria para que exista al menos un método
oficial para que el público conozca la programación al completo. ¿Vamos a
taquilla, pagando gastos, y confiando en que la gente adivine por
inspiración divina que conciertos hay, cuanto cuestan, dónde son y dónde
comprar las entradas? Si el asunto es así, me resultaría más rentable
hacer el mismo concierto por mi cuenta, decidiendo con cuánta antelación
salen a la venta las entradas. Y si la promo de mi concierto va a
depender solamente de la que yo mismo organice, poder planearla en los
espacios de tiempo coherentes según indica el mundo real.
La inteligencia de las personas que viven en esta ciudad está siendo
secuestrada por una banda de ignorantes que pretenden enseñarnos “lo
verdaderamente importante” en la vida, es decir, llevárselo crudo y
rápido, y lo demás son tonterías que no merecen respeto alguno. Tenemos
que enseñarles que no necesitamos toda la basura que nos venden y que
nuestra vida tiene sentido en la medida en que compartimos cultura,
además de sobrevivir de forma equilibrada. Los creadores y los
consumidores de cultura formamos un ecosistema dentro del cual nos
necesitamos, nos comunicamos y nos alimentamos, y eso es precisamente lo
que nos distingue de los animales.
Invito, por último, a las personas cultas de los medios de
comunicación a que se rebelen y rompan los barrotes en los que también a
ellos mantienen secuestrados, y hablen y escriban libremente, tal como
hacían hace 30 años. ¿Es que no lo recordáis?
Estoy seguro de que si no arreglamos las cosas
nosotros AHORA, dentro de 4 o 5 años lo lamentaremos mucho. Ya está bien
de decirnos que no somos necesarios y, a los ciudadanos, decirles qué
es necesario y qué no, desde la ignorancia más descarada.
Firmado: Guillermo McGill